Conseguir que la identidad se construya y pueda autoafirmarse a raíz de una mirada a lo conceptual, y excluido de lo supuesto, es una labor que la aleja de la derrota y la acerca a una trascendencia sustancial.
Este ensayo pretende servir de reflexión sobre lo que supone llevar una existencia acomodada en un paradigma normalizado, y dispone una serie de apreciaciones acerca de cómo deberse a lo inherente que radica en los propósitos y llegar a transgredir nuestra narrativa.
¿Es deseo ferviente dar cuerpo a lo que no entiende la identidad, a lo que no es capaz de articular? ¿A lo que nadie puede acaparar para sí, a lo que no se encuentra en el mercadeo de lo comprensible, de lo real, de lo sintetizable o etiquetable?
Un trabajo detallado sobre focalizar la mirada en la brecha del paradigma que se presenta ante el hombre, y
poder quebrar los lindes, potenciar el alcance de sus posibles, y forjar un destino enriquecedor y de valor.